Saber que se puede – Irene Villa

Sinopsis

Irene Villa es uno de los mejores ejemplos que conozco de «crecimiento postraumático«. Con tan sólo 12 años, sufrió junto a su madre un atentado de ETA. Una bomba en su coche le causó la pérdida de sus dos piernas y gran cantidad de secuelas físicas. Sin embargo, lejos de hundirse, su espíritu de superación ha hecho que viva una vida plena, alcanzando gran parte de sus sueños.

En el libro, ella repasa su vida desde los meses anteriores al atentado hasta 2019, repasando tanto los momentos más traumáticos como los más felices. Comparte vivencias, reflexiones, pensamientos, y las lecciones que ha extraído de todo lo que ha vivido. Por momentos, la lectura del libro conmueve y emociona por la magnitud del drama que relata, pero al mismo tiempo inspira y sirve de ejemplo su entereza de espíritu y mentalidad ganadora…

Mi impresión general del libro

La lectura de éste libro es muy recomendable para todos los que creemos haber pasado dramas en nuestra vida. Te hace relativizar todo lo que creías que era un drama. Cuando lees lo que Irene ha sufrido y lo que ha conseguido, encuentras inspiración para superar cualquier problema que tengas que afrontar. Su forma de ver la vida contagia optimismo y ganas de superarse.

El título es toda una declaración y transmite muy claramente el mensaje del libro: «Saber que se puede». Irene es la prueba viviente de ello y su recorrido vital demuestra que es cierto. Al ser una persona cuya vida ha sido en buena medida publicada en los medios de comunicación, es posible comprobar que todo cuanto cuenta es real.

Casi cualquiera que sea la situación que estés atravesando puedes encontrar personas que han pasado circunstancias más difíciles que las tuyas y han salido adelante, de modo que SÍ; SE PUEDE. Si tienes voluntad de superarte, en éste libro encontrarás inspiración para hacerlo.

Yo ya sabía que Irene es una mujer extraordinaria, pero la lectura de su libro me ha hecho admirarla aún más. Su optimismo, su espíritu de superación propia y de ayuda a los demás, su capacidad para perdonar y para transmitir paz, amor y luz en todo lo que hace… es ejemplar.

Principales mensajes del libro y reflexiones que yo he extraído.

En la primera parte narra cómo era su vida antes del atentado, cómo sucedió todo y cómo lo vivió cada uno de los miembros de su familia. Para mí las páginas más emotivas e ilustrativas de cómo se vive un drama son las que cuentan lo que pasó por su cabeza cuando días después descubrió que había perdido las piernas. En pocas páginas nos muestra el proceso mental que, con ayuda de su madre, la hicieron pasar del shock inicial hasta el firme propósito de recuperar su vida, pasando por todas las etapas de un proceso de duelo y recuperación de manual:

  1. Profunda tristeza: «No podía parar de llorar desconsoladamente»
  2. Negación: «Estaba convencida de que aquel hecho no era definitivo. Si lo deseaba con todas mis fuerzas, aquella realidad cambiaría».
  3. Asunción de la realidad: «Tenía que empezar a desengañarme. A asumir, como todos me decían, mi nueva realidad».
  4. Valoración de lo que se tiene: «Aquella conversación me sirvió para dejar de lamentarme por mi nuevo estado, pero sobre todo me hizo empezar a valorar lo que tenía». «Volví a dar gracias. Esta vez por estar viva.» «Siempre hay algo que agradecer».

La ayuda de su madre y de su familia fue vital en ese proceso, y eso nos debe servir también de lección. Sin duda Irene es una mujer especial, llena de fuerza interior, de coraje, de energía positiva… pero incluso ella necesita ayuda en algunos momentos. Aunque no podemos esperar que nadie resuelva nuestros problemas, sí podemos pedir ayuda y dejarnos ayudar. No tiene nada de malo recibir ayuda; bien al contrario: las cosas pueden ser más fáciles con el apoyo de nuestros seres queridos.

Gracias al apoyo de su entorno, tomó conciencia de que en realidad había vuelto a nacer y que tenía una segunda oportunidad. Algo así sentí yo también cuando comprendí después de un tiempo que el divorcio sólo es el final de una vida en pareja y que a partir de ahí se abre otra etapa; otra vida; otra oportunidad. En realidad, si lo piensas, cada día es una oportunidad de empezar de nuevo. Pero a veces necesitamos una señal fuerte para darnos cuenta; algo que cambie nuestras vidas de tal forma que nos duela mirar atrás; es entonces cuando debes elegir entre regodearte en el dolor y seguir sufriendo o mirar para delante.

«Tenemos dos opciones, Irene -le dijo su madre-. La primera es vivir amargados sufriendo, maldiciendo a quienes nos han hecho ésto y encerrarnos a llorar. Y la segunda es mirar hacia delante y luchar con valor y optimismo por recuperar nuestras vidas».

Por supuesto, eso no significa que a partir de ahí todo sea un camino de rosas. Todos pasamos baches y altibajos, momentos de debilidad en los que nos faltan las fuerzas… Cuando eso pase tienes que saber aceptarlo, no pensar más de la cuenta en ello; perdonarte y seguir adelante. En lugar de centrarte en el mal momento que estás pasando, debes mantener la esperanza en que el futuro será mejor y la fe en tu capacidad.

«No hay mejor forma de llegar a donde quieras que creer en ti y en que lo puedes hacer».

Irene Villa

Los obstáculos en el camino son sólo pruebas para poder demostrar nuestra voluntad de seguir adelante. Cuando tienes la vista puesta en un propósito, en lugar de ver en cada obstáculo un problema, aprendes a verlos como parte del camino. Cada vez que superas un obstáculo, tu capacidad se refuerza y ganas confianza para afrontar el siguiente. Si mantienes la el foco en tu propósito encuentras la forma de superarlos.

Si algo caracteriza a Irene es su capacidad para superar obstáculos y hacerlo siempre con una sonrisa en la cara y desprendiendo amor y optimismo sobre todos los que la rodean. Como ella dice, las situaciones críticas y las dificultades tienen la capacidad de despertar un potencial interno que muchas veces nosotros mismos desconocíamos.

Cuando pasas una situación de crisis profunda y empiezas a salir adelante te das cuenta de que «lo que no te mata te hace más fuerte«. O, como dice Irene: «las dificultades preparan a personas comunes para destinos extraordinarios»… y cuanto mayor es la dificultad que atravieses mayor será el crecimiento que lograrás al superarla.

Otra de las cosas que conmueven e inspiran del libro es cómo el perdón juega un papel fundamental en la superación de una situación traumática. En ocasiones, como es su caso, el perdón hacia quienes le causaron el daño; en otros casos debemos perdonarnos a nosotros mismos. Pero en todo caso, el perdón nos permite cortar los lazos que nos anclan a un pasado doloroso y nos permiten empezar a construir un presente y un futuro nuevo.

Conclusión

Son infinidad los mensajes que se pueden extraer del libro «Saber que se puede», pero a modo de corolario me quedo con el siguiente: «Son tus pensamientos los que te harán sentir de una u otra forma, no las situaciones». Tú puedes influir en qué y cómo piensas, y en cómo actúas; y tus pensamientos y tus actos configurarán cómo te sientes.

«Cuida tus pensamientos porque se volverán palabras. Cuida tus palabras porque se transformarán en actos. Cuida tus actos porque se harán costumbre. Cuida tus costumbres porque forjarán tu carácter. Cuida tu carácter porque formará tu destino, y tu destino, será tu vida.»

Mahatma Gandhi

«Saber que se puede» es la historia de una vida cuya lectura puede transformar la tuya. Es un compendio de pensamientos positivos y palabras inspiradoras de alguien que ha pasado momentos mucho peores que la mayoría de nosotros y sin embargo ha logrado vivir una vida plena. Un ejemplo a seguir.

Y además, comprando el libro, contribuyes a aportar fondos a la Fundación Irene Villa, en favor de personas con discapacidad. ¿Se puede pedir más?
Pídelo aquí: https://irenevilla.org/producto/saber-que-se-puede/

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